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lunes, 20 de julio de 2009

DIÓMEDES BÁRCENAS


Al alba, demasiado
Temprano
Tras un café,
Diómedes prendía un cigarrillo
Y comenzaba su aventura
Entre números e iluminaciones.

Saltan paraboloides
Hiperbólicos
De la palma de su mano
Con un grito de Cervantes.

Indica la posibilidad
De una ecuación hacia la alegría.

Él no cree, pero
Cree más que
Aquél que
Dice creer.

Un algoritmo
Puede ser igual a un
Malabarismo
Y sus consecuencias.

Es ilusionista/ artista del trapecio,
Tropeles de caballos de paso...
Geométricos e imposibles
Pasos de bailes
A la luz del plenilunio.

Resuelve matemáticamente la intranquila
noche de Mérida, un
Amanecer en Chacopata,
Un atardecer en Puerto Santo, el Morro o
La sumatoria estética del Caribe hacia el
Océano Atlántico.

Sigue en el camino caleidoscópico de la vida.

Su amor por
La humanidad
Es indeleble,
Como un bolero.

1 comentario:

  1. Bellas palabras que reflejan quién fue y seguirá siendo Diómedes, un hombre amante de las Matemáticas y de la Salsa, no sé a cuál amó más, pero ambas se sentirán bien amadas y con profunda nostalgia por su partida.

    Luis García Oropeza

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