Amo la tierra verde
Altoandina
De mi país.
Siempre con una
Llamarada
Encendida
De colores y aguas.
Donde Francisco dijo:
Aquí me quedo,
Y dejó su humanidad
De carne y hueso.
Esa tierra
Que es un complot
De cantos, amapolas y lagartos.
Allí queda enunciada
A gritos
La potencia de la mano
De aquél que dispersa
A los soberbios
De corazón
Y enaltece a los humildes.
Con valles sembrados de palabras.
Pueblos y ciudades entre ríos,
Matorrales y naranjos.
pablo emilio cárdenas
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