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sábado, 19 de marzo de 2011

ROSALÍA


Por mí, ni un odio, hijo mío,
ni un solo rencor por mí,
no derramar ni la sangre que cabe en un colibrí,
Andrés Eloy Blanco, Coloquio bajo el olivo  



Me contabas historias
de poetas y de vida. Alegrías
de anís y vino rojo. Tinto.

Sensible como Andrés Eloy, Cruz Salmerón,
sucrenses y eternos como tu;
Rosalía,
Chalía.

Paleógrafa de los astros, historiadora,
autentica cronista verbal de Caracas.
Archivo de libertad.
Un cuadro de Cabré tejido con palabras.
Criolla, castiza, perfecta Montcada.
Tu letra era de transcribir
colinas y documentos
llenos de llanura,  páramos y bravura
en la Casa Natal de Bolívar.

Caracas. Altagracia,
El Pasaje Sevilla,
Parroquia San José.
Chalía: un corazón ardiente,
con la inmensa presencia de Bernardo Moncada
en tu cara,
tu adorado padre ausente.

Mar azul de Cumaná y Margarita.
La leyenda que te perseguía, Lila, Puerto Cabello, mamá Petra,
la tía Emilia, Las Canarias.
Tu hermano  Fran,
Don Manuel Pinto,
Maruja Villalba, Luis Alberto Coimán,
Julio Flores.

Raúl, Emiliana, tus desvelos.
Nancy, Francito.
Tía Carmela, los Luna, Las Brito.
Generosa, gratuita, prudente.
Un océano de amor y delicadeza: Rosalía.

Los sobrinos, tu propia patria.
El Caribe, tu entrañable mar
de ilusiones y angustias.

Celina.

Porqué te vas.
Porqué te fuiste.


1 comentario:

  1. AUNQUE NO VI A LOS NOMBRADOS LOS SENTÍ AL LEERTE Y ESO ES COJONUDO GRACIAS Y ABARAZOS

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