MILES EL SÁBADO
Voy escuchando a Miles,
hace corto el camino,
la profunda trompeta
frente al magnífico Teide.
Infinito. Mucho verde. Cielo azul,
abajo el mar.
Entonces los pinos altos
y más Miles Davis.
Refresca la esperanza
y me hace vivir como
un vuelo de halcón la carretera.
No me duelen las alas
porque el viento
es soleado
y porta la dicha y el deseo,
para olvidar momentos
muy amargos. Tristes.
Gloria y acordes
de trompeta
sublime.
Gracias Miles,
haces presente a
Dios.
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