En esta hora:
Gobernantes del aire,
Clásicos jinetes de los cielos;
Encandilan las noches esperando
Al redentor, mesías, único hombre
nuevo.
El maravilloso humano verdadero
poseedor del corazón,
Que nacerá en un humilde pesebre de
dignidad y libertad.
Quien lo reconozca entenderá la
nobleza de la alegría eterna.
Nosotros, pobres terrícolas,
pretendemos obviar su magnífica presencia.
LA CALLE
La calle se vació
y seguí por el empedrado,
hacia arriba.
Van los pájaros
y el silencio.
El sonido en notas sublimes también.
Tú lo sabes.
Esta es la aventura,
yo sigo,
si quieres me acompañas
para borrar el miedo.
Uno solo,
está perdido,
pero contigo
llego a sitios indescriptibles.
Y, contigo eres tú
pan, miel,
azul irreverente Atlántico,
persona cotidiana,
isla.
SOBRE SALTOS
¿Es demasiado sobresalto
rogar por tus alas,
tu boca,
mi espanto?
Este es mi sacrificio
contra la nada. Contracorriente.
Perdido en golpes de agua y rocas.
Irremediablemente
perdido.
Estupefacto
una y otra vez,
permanentemente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario