El ser de todas las
cosas procede de la belleza divina.
Tomás de Aquino
Me experimento en
La nada, opaco.
Aún siento el aroma,
El violento hálito,
De los techos de zinc amontonado
En las sufridas casas
Sobre montes de Caracas.
Ese olor metálico que asusta.
Su sonido en la lluvia.
Agua que cae,
Cerro abajo,
Sangre y gris férreo.
Y sin embargo tú,
La grande y humilde
Belleza de la mirada.
Ávila,
Wararaira Repano.
Allí Manuel Cabré
Pintó sin lágrimas.
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