SIEMPRE EN LA PUPILA
La Vía Láctea disfruta de las irradiaciones
Insulares,
De blancos y azules
De estupor.
Este temblor terráqueo,
Entre las aguas.
Azulado,
Escapado,
Acosado;
Pensando en los oleajes asombrosos
Desde el detalle de la orilla,
En la perplejidad del astro que te mira.
Llegaremos como siempre
Aún después del anochecer.
No sé a dónde isla,
Pero allí donde el azul cruza la iluminación
Y ratifica la potencia vital
Del carcañal desnudo por la arena.
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