DIOMEDES AUSENTE
¿Cómo se escribe el obituario de uno mismo?
Ricardo (Rico) Ríos
No consigo despertar en Mérida
Sin pensar que viene,
Que viene por mí, a vacilar,
A reír, a consolarnos de nuestras mismas desgracias.
Me niego.
Allí tiene que estar tocando la puerta,
Cargado de ecuaciones, paraboloides, poesías y
Con pasos de música brava caribeña.
Con oceánico acento del oriente venezolano,
De impecable presencia matemática. Con su Morro de Puerto Santo,
Acalorando “El Modulor” de Le Corbusier o
Con su sabrosa discusión sobre asuntos de poética
Y profunda filosofía.
Altazor.
¡Bárcenas! Este amanecer es duro.
Diómedes, qué va ser de nosotros
Sin tu incansable alegría y vida. Estupor, estudio, trabajo
Y la más sabia humildad.
No es explicable tan rotunda ausencia,
Así como es impensable la furia que me provoca este silencio.
Espero, de verdad, que llegaré a tu momento de nuevo.
Solo así, me lo perdono.
Diómedes qué difícil este mundo sin ti.
Un trago de ron, café
Y literatura.
Qué amargo bolero tu escapada.
Mi corazón es un aguacero.
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