miércoles, 9 de septiembre de 2009
Francisco Moncada Reyes / Celina Cárdenas
Estoy empezando a desempacar
De nuevo
Cada día es un día distinto
Cada hora una profundidad copiosa y renovada de la vida
Cada instante un sublime soplo de la circunstancia y la memoria
Aunque la tentación me obligue a renegarlo
Cambiar con certeza/ renacer/ equivocarse
A cada rato volver a comenzar para que se mueran los dislates
De la nada
Es la campana de la modificación constante y eterna
En cada entrada y salida del aire pulmonar
Así vivimos todos
Hasta los descreídos y escépticos
Níhil óbstat -nada se opone-
Porque el espacio es infinito
Y el estupor se impone
Justo contra la nada
En este circulo grandioso
De árboles y pájaros
Lleno de bosques y desiertos
Que tú palpas con la mano
Es el milagro del cambio permanente y silencioso
Que convive allí en nuestras miradas
No obstante la niebla ante los ojos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario